Cuidar a enfermos de ictus en casa cuesta 21.500 euros al año
Un estudio cifra entre 6.500 y 31.500 euros anuales el coste de los cuidados informales en función de la dependencia del paciente y reclama medidas políticosanitarias que reduzcan este montante
Hace más de un año que se aprobó la Ley de Dependencia, una normativa esencial en una sociedad en la que esta circunstancia es cada vez más frecuente y continuada y de la que los sistemas sociosanitarios apenas participan. En estos casos, normalmente es la familia y la red de apoyo más cercana (vecinos, amigos...) la que se ocupa de atender las necesidades de dichos pacientes; todo ello sin recibir ningún tipo de contraprestación económica o remuneración por este concepto.
Sin embargo, no existen datos, o muy pocos, que evalúen cuánto cuesta dicho cuidado informal (el que se presta fuera de las instituciones y sistemas sanitarios por parte de personas cercanas al usuario movidas por relaciones de afectividad y no lucrativas); una tarea de atención a la salud que se ha vuelto invisible a efectos prácticos.
Para arrojar un poco de luz al respecto y aportar datos que ayuden a configurar un panorama más ajustado a la realidad en este aspecto, un equipo de investigadores del Servicio Navarro de Salud-Osansubidea ha llevado a cabo una evaluación con cuidadores informales de personas que han sufrido un infarto cerebral; una patología invalidante que suele causar dependencia y requiere atención en mayor o menor medida por parte de otros y durante un tiempo prolongado.
Hace más de un año que se aprobó la Ley de Dependencia, una normativa esencial en una sociedad en la que esta circunstancia es cada vez más frecuente y continuada y de la que los sistemas sociosanitarios apenas participan. En estos casos, normalmente es la familia y la red de apoyo más cercana (vecinos, amigos...) la que se ocupa de atender las necesidades de dichos pacientes; todo ello sin recibir ningún tipo de contraprestación económica o remuneración por este concepto.
Sin embargo, no existen datos, o muy pocos, que evalúen cuánto cuesta dicho cuidado informal (el que se presta fuera de las instituciones y sistemas sanitarios por parte de personas cercanas al usuario movidas por relaciones de afectividad y no lucrativas); una tarea de atención a la salud que se ha vuelto invisible a efectos prácticos.
Para arrojar un poco de luz al respecto y aportar datos que ayuden a configurar un panorama más ajustado a la realidad en este aspecto, un equipo de investigadores del Servicio Navarro de Salud-Osansubidea ha llevado a cabo una evaluación con cuidadores informales de personas que han sufrido un infarto cerebral; una patología invalidante que suele causar dependencia y requiere atención en mayor o menor medida por parte de otros y durante un tiempo prolongado.
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