Profesionales “quemados”
30 Noviembre 2007
El pasado 15 de noviembre, la Organización Médica Colegial (OMC) y la Fundación Galatea, con el apoyo de GSK, celebraron la jornada “Burn out en la profesión médica”. Estas fueron sus principales conclusiones:
– Las profesiones más afectadas son las más importantes de la sociedad. Las relacionadas con la sanidad, la educación y la seguridad.
– Este síndrome es un problema complejo con múltiples factores detonantes que requiere un abordaje integral tanto en lo personal como en lo laboral y psicosocial.
– El desgaste profesional consume mucha energía y produce graves consecuencias. Lo que importa es la calidad de vida profesional y asignar recursos económicos a su prevención.
– Los factores laborales influyen poderosamente en el desarrollo del individuo y pueden llevarlo al burn out. Además, pueden desencadenar o expresar trastornos psicopatológicos.
– En el desgaste profesional hay que destacar los aspectos psicosociales que esperamos de la profesión: competencia, autonomía, autorrealización, compromiso y aptitudes de los receptores.
– Hasta ahora nos hemos centrado en el síndrome y queda mucho por explorar; sólo conocemos la punta del iceberg.
– Hay que partir de una perspectiva teórica no simplista que combine los factores de desarrollo personal, riesgo y protección, con los factores psicosociales y organizativos.
– En la atención hay que aplicar medidas integrales bio-psicosociales, porque las parciales no sirven para solucionar el problema.
– Hay que intensificar su detección precoz y responder no sólo a la necesidad de tratamiento del profesional afectado, sino también a la prevención.
– Es necesario modificar los estudios de pregrado para permitir un abordaje integral no sólo de la persona enferma sino también de su entorno.
– Es necesario abordar de forma seria y decidida los cambios del SNS como medida óptima de prevención y tratamiento de este síndrome.
30 Noviembre 2007
El pasado 15 de noviembre, la Organización Médica Colegial (OMC) y la Fundación Galatea, con el apoyo de GSK, celebraron la jornada “Burn out en la profesión médica”. Estas fueron sus principales conclusiones:
– Las profesiones más afectadas son las más importantes de la sociedad. Las relacionadas con la sanidad, la educación y la seguridad.
– Este síndrome es un problema complejo con múltiples factores detonantes que requiere un abordaje integral tanto en lo personal como en lo laboral y psicosocial.
– El desgaste profesional consume mucha energía y produce graves consecuencias. Lo que importa es la calidad de vida profesional y asignar recursos económicos a su prevención.
– Los factores laborales influyen poderosamente en el desarrollo del individuo y pueden llevarlo al burn out. Además, pueden desencadenar o expresar trastornos psicopatológicos.
– En el desgaste profesional hay que destacar los aspectos psicosociales que esperamos de la profesión: competencia, autonomía, autorrealización, compromiso y aptitudes de los receptores.
– Hasta ahora nos hemos centrado en el síndrome y queda mucho por explorar; sólo conocemos la punta del iceberg.
– Hay que partir de una perspectiva teórica no simplista que combine los factores de desarrollo personal, riesgo y protección, con los factores psicosociales y organizativos.
– En la atención hay que aplicar medidas integrales bio-psicosociales, porque las parciales no sirven para solucionar el problema.
– Hay que intensificar su detección precoz y responder no sólo a la necesidad de tratamiento del profesional afectado, sino también a la prevención.
– Es necesario modificar los estudios de pregrado para permitir un abordaje integral no sólo de la persona enferma sino también de su entorno.
– Es necesario abordar de forma seria y decidida los cambios del SNS como medida óptima de prevención y tratamiento de este síndrome.
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